martes, 29 de marzo de 2011

Piénsalo dos veces si has perdido el deseo de impresionarlo.

. Piénsalo dos veces si has perdido el deseo de impresionarlo.

Una mañana, miraba a una esposa despidiendo a su marido. Ella estaba en la puerta despidiéndose con su mano. Le faltaban botones a su bata, tenía un bolsillo roto y algunas manchas del desayuno; sus cabellos lucían los tubos de rizar, ella era todo lo que un hombre quiere olvidar. Pude entender por qué él estaba tan emocionado por conducir hacia su trabajo… donde alguien lo saludaría en la puerta con una gran sonrisa, ropa planchada y un perfume para impresionarlo.

Tú eres un sistema de mensajes caminando para aquellos a quien amas. ¿Volarías en un avión con los asientos rotos, manchas de huevo en la corbata del piloto, botones faltantes y alfombras sucias? Por supuesto que no. Pensarías, “Esos son daños visibles. ¿Qué mas habrá sin corregir en el motor?”

Algo está mal cuando ya no deseas presentarte de la mejor manera frente a tu compañero.

Me impresionó tanto un día cuando vi a la esposa de un amigo poner la mesa para su esposo con la vajilla de plata y con la porcelana más cara y más fina. Ella me explicó, “La persona más especial en mi vida es mi esposo. Yo nunca dejaría mi vajilla de plata para un visitante ocasional, cuando mi esposo es el rey de esta casa”.

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