lunes, 25 de abril de 2011

NO ACTUES POR IMPULSO...

A mi entender, un impulso es una decisión o acción que tomas de manera precipitada y sin pensarlo mucho. ¿Cuántas veces hemos hecho cosas sin analizarlas y luego nos arrepentimos? Es entonces cuando nos percatamos de que no debimos actuar tan aceleradamente.

Pero la persona que siempre actúa movida por sus sentimientos o emociones, se equivocará muchas veces. Es por esto que Dios nos dio la capacidad de razonar, de meditar, analizar y poder tomar decisiones. Se supone que esa es una de las características que nos diferenciamos de los animales.

Porque los animales no pueden pensar, ellos simplemente existen y actúan conforme al instinto que tienen. Pero tú y yo podemos librarnos de muchas situaciones difíciles si logramos pensar antes de actuar.

Pienso que quien da rienda suelta a sus emociones y permite que lo dominen es como una hoja que lleva el viento a cualquier lugar; o como caballo que corre desenfrenado hacia un abismo. Cuántas personas están pagando en la cárcel largos años debido a que en un momento, un solo instante en el que no pensaron y se dejaron llevar por la presión o el sentimiento actuaron con ira, desesperación, odio, resentimiento, etc.

A veces, un solo minuto en el que tomes una decisión incorrecta, puede cambiar el rumbo completo de tu vida para bien o para mal. El estar en un lugar equivocado, a la hora equivocada, en el día equivocado, puede ser perjudicial. El estar también con las personas equivocadas puede causarnos serios problemas.

Dios en su infinito amor, muchas veces nos envía señales directas y en otras sutiles para que nos desviemos de la ruta que queremos seguir; y en otras ocasiones nos indica el camino que debemos tomar. Sin embargo a nosotros nos toca decidir, actuar y asumir las consecuencias de las cosas que hagamos y de las decisiones que tomemos.

Mi consejo el día de hoy es muy sencillo: “NO ACTÚES POR IMPULSO, MEDITA BIEN, ANTES DE TOMAR CUALQUIER DECISIÓN IMPORTANTE EN TU VIDA”. Si por ejemplo, sabes que eres una persona que cuando te enojas, dices cosas de las cuales luego te arrepentirás y que no podrás hacer nada para cambiarlo, mejor guarda silencio, serénate y luego habla. Si conoces de ti que tomas decisiones bajo presión, no te dejes llevar por la presión porque al final y al cabo, los demás no serán los que tendrán que pagar lo que solo te compete a ti.

Tienes a un amigo incondicional y ese es Dios, por tal razón, háblale, pídele en oración su consejo y que te dirija. Busca la ayuda de personas que estimes que realmente puedan ayudarte, escucha, sopesa las situaciones y luego toma tu decisión. No seas como los seres irracionales que viven el momento, sin pensar en nada más y que cuando abren los ojos, es demasiado tarde para remediar.

Autora: Brendaliz Avilés

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